Segunda ronda del 1er coliseo: Trent vs Arkhat-

Las anteriores batallas habían iniciado, en el mirador estaban el Caballero negro, la dama rosa enmascarada y el mismo Génesis también estaba en el lugar, en el mirador donde todos evaluaban las estrategias y formas de batalla de todos y cada uno de los participantes en base a los debates de los manda más del Coliseo o incluso las votaciones del mismo público para tomar calificaciones de los ganadores, y, asimismo, tomar en cuenta desde el primero y último lugar del torneo, sin embargo, ese no era el punto, no era el punto explicar lo que es el mirador, porque seguramente el espectador ya lo sabe, así como los altos mandos del Coliseo, la pregunta es ¿Quién estaba en el mirador? Si, efectivamente, estaba Génesis ahí, estaba el Caballero, y estaba la dama, y el tablero de ajedrez que se movía en base a los movimientos que hacían esas siniestras figuras seguidoras del poderoso Génesis, quien solamente se limitaba a ver su "partida" de ajedrez al momento que el mismo veía a uno de sus peones desintegrarse, y luego al siguiente, y el siguiente, de forma que, estas partículas se fusionaron en un solo peón,  Génesis mantuvo su faceta arrogante, pero a la vez la sostenía ciertamente de sorpresa, debido a que, cada uno de sus subordinados era una pieza del tablero de ajedrez de Génesis,  caballero negro se representaba con uno de los caballos, el soldado blanco daba representación a la torre, la dama era el alfil, mientras que los peones eran Arkhat, y, asimismo, el rey era Génesis, cada una de las piezas se fusionaba con otras con la misma o las mismas, en orden para dar inicio a algo que se conoce como "Liberar", cada liberar hacia que los mismos liberaran todo su poder de manera que puedan ocuparlo de manera óptima para sus batallas ¿Porqué lo habría usado Arkhat? No se tiene idea alguna.

Sin embargo, en la arena, se podía ver al bufón, en el lugar de uno de los retadores, al parecer, en vista de la falta de participantes el se había unido para mantener en el equilibrio a aquel torneo, aunque supiera que, si perdía, significaba su muerte...

En uno que otro momento, Trent Coleridge estaba ya frente al mismo Arkhat, preparado para superar los miedos de varios de los concursantes y proseguir con su batalla y su existencia en el torneo.

El joven de cabellera azul se mostró bastante entusiasmado al saber la noticia de que seguiría participando en la competencia. En sus brazos estaba Gothita, quien tenía una mirada de arrogancia pura al ver que él y Trent continuaban entre los participantes, como diciendo “soy tan bueno que no me permiten marcharme”. Coleridge estaba nuevamente en el área de combate, donde le tocaría enfrentar a un rival misterioso que no figuraba en la lista de peleadores actuales. El chico estaba emocionado por saber quién sería ya que estaba seguro de que no a cualquiera la concedían la oportunidad de volver, mucho menos la de ir contra un rival reservado como sorpresa.
 
Su Pawniard estaba a su lado, comportándose de un modo más pretencioso que Gothita, levantando los brazos mientras las personas en el coliseo clamaban su entrada. Al mismo tiempo un ente familiar aparecía y revelaba a sus pokémon, identificándose como su contrincante, diluyendo el misterio que lo envolvía. Bueno, seguía existiendo misterio acerca de la existencia de ese bufón sobrenatural que no parecía estar registrado en el mundo convencional; fuera de eso las dudas sobre el oponente estaban despejadas. Había visto lo que ese sujeto y su Zorua podían hacer, asegurando que iban a usar más trucos ilusorios para confundirlo.
 
 
Unos tentáculos capturaron a Pawniard, forzándolo a permanecer en una plataforma.- Ruleta rusa… de acuerdo, suena interesante y yo soy un chico abierto.-  El joven de dirigió una mirada de confianza a su Pawniard, sabiendo que como buen soldado él iba a resistir todo por el equipo.-Sé valiente. Gothita, a mi señal, psicocarga.- Dijo para Gothita, quien no tardó en cargar una esfera de energía que fue disparada hacia la plataforma enemiga. Era la primera vez que se veía en un reto así pero eso lo hacía emocionante.

Se mordió la uña del dedo gordo, dejando ver a través de su expresión la preocupación que sentía cuando la plataforma comenzó a girar. No sabía el tipo de sorpresas que le reservaba el bufón. Aunque había herido a su pokémon eso no le garantizaba la ventaja, mucho menos el saber si estaba peleando de la manera correcta. Era difícil trazar una estrategia con un enemigo tan extraño. En su batalla anterior fue sencillo para él configurar su jugada debido a que su rival le dejó las cosas fáciles, pero el bufón operaba de modo diferente.

Observó a Zorua, quien pasó a ser un Pidgeot por obra de alguna habilidad ilusoria. Aquel pokémon había demostrado ser un maestro de las ilusiones, siendo capaz de pintar la realidad con imágenes sacadas de sus peores pesadillas, como el truco del bufón durante la apertura de su primera batalla en el coliseo, el momento de miedo en el que creyó ser perforado por una mano.

El adversario dejó caer un cuchillo desde las alturas, dirigido hacia la plataforma de Pawniard. El pokémon de Trent hacía gala de su temple de hierro ya que nada parecía perturbarlo, siendo contrario a su coordinador, el cual estaba comiéndose las uñas por la desesperación. Gothita lo miró desde abajo, como diciendo “no vas a ayudarle en nada si te pones nervioso”. Trent asintió con la cabeza como entendiendo el mensaje figurado.

Al ver que simplemente se trataba de una ilusión Trent se sacó el nerviosismo como si se deshiciera de una prenda abrasiva, cambiando su semblante acongojado  por uno colmado de decisión.- De acuerdo Gothita, utiliza confusión contra Gastly, pero antes demostrémosles nuestros propios trucos de magia con Velo Sagrado.- El cuerpo de Gothita resplandeció como una estrella, bañando el campo de batalla con su luz, lo cual fue perfecto como distracción mientras el pokémon psíquico proyectaba su ataque hacia la plataforma de Gastly.

Trent despejó su mente, no dejándose llevar por las palabras de su rival. Si buscaba turbarlo no lo iba a conseguir. Tenía mucha experiencia lidiando con los nervios y por dios, no iba a permitir que un intento de bufón mal diseñado lo hiciera sentir menos. El joven observó la nueva transformación del pokémon enemigo y cómo éste elminaba el velo sagrado, preguntándose si simplemente era una ilusión o una transformación genuina que se podía palpar con las manos y no solo ver con los ojos. Ese Zubat lucía demasiado real, aunque con lo expuesto anteriormente no era tan extraño.

El peliazul elevó su mano derecha, señalando a Zorua. No iba a poder pelear hasta que ese pokémon dejara sus trucos de fiesta de cumpleaños. Si se deshacía de él tendría la batalla asegurada, aunque por lo visto no iba a ser tarea fácil. El pequeño zorro oscuro había demostrado ser un digno rival, por lo que dudaba que se fuera a quedar quieto mientras atacaba. A menos que….- Gothita prepara el fuego, vamos a atacar nuevamente.- Ordenó, cruzando su mirada con la de Pawniard.- Pawniard, usa poder oculto, Gothita ataca con bola sombra, en conjunto.- Expresó el chico. El pawniard en la plataforma generó esferas de luz que se combinaron en un rayo proyectado hacia al falso Zubat, mientras Gothita hacía su parte desde su sitio, saltando por lo aires para acortar la distancia y lanzar su bola sombra que habría dar converger con poder oculto para lograr una combinación electrizante y única.

Si el pokémon recibía los dos golpes iba a quedar inconciente. Esperaba que sus ataques no fueran desarmados en medio del camino ya que no sabía lo que debía esperar de un pokémon que parecía un hábil mago. Gothita aterrizó junto a Trent, que al igual que su coordinador aguardaba por la resolución de su ataque. Una extraña mezcla de emociones revolvió el estomago de Trent; estaba ansioso por conocer el resultado.

Por algún motivo se sentía observado por su oponente, aunque era su imaginación divagando por la ansiedad.-¡No te tengo miedo bufón!- Gritó a su rival.

-Falta de respeto.- Dijo entre dientes, afilando la mirada para mirar al payaso fijamente sin titubear.- No eres más que un payaso barato que se vale de trucos para atemorizar. Eres tan inseguro de tus habilidades que necesitas usar humo y espejos para verte menos débil.- Espetó directamente, como buscando enfadarlo, cosa que ya había conseguido pero quería aumentar la exaltación lo suficiente, quebrar al entrenador para que no coordinara correctamente a su pokémon. –Pawniard, escúdate con defensa férrea.- El tajo umbrío rebotó contra la defensa, dándole tiempo a Pawniard de contraatacar.-Tajo umbrío.- Utilizó el mismo ataque que su oponente, demostrándole cómo usarlo. La cuchilla derecha de Pawniard se iluminó, golpeando directo al pequeño cuerpo de Zorua.

Todo indicaba que las ilusiones habían muerto porque el bufón se cansó de los jueguitos. Podía deducirlo porque el cretino había parado de reír y finalmente atacaba sin usar engaños visuales. De cierta manera le causaba gracia que el gran anfitrión, el que casi lo hace orinar del susto al poner un pie en el coliseo, ahora se veía como una molestia menor. Le había perdido todo el miedo y el respeto, sintiendo sólo lástima por aquel ser, que tenía que recurrir a cosas tan bajas como inspirar terror para vencer.

-Ahora es mi turno para darte miedo.- Dijo como en burla.-Gothita, elévate con telequinesis y ataca con bola sombra para cerrar con broche de oro.- Puntualizó. Gothita asintió y de inmediato estaba en el aire, flotando elegantemente con su telequinesis por encima del pokémon del desagradable bufón. Era como una forma de decir “soy superior y estoy por encima de ti”, mensaje que se complementaba perfectamente con la mirada segura de Gothita. Desde las alturas, el pokémon psíquico emitió una poderosa bola sombra, que al estar cerca del suelo estalló levantando una nube de polvo que dejó como incógnita si había dado en el blanco o no.